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Club de Finanzas UCV - Economía

Crónica de una Crisis: La Quiebra Bancaria de 1994

Artículo que obtuvo el primer lugar en el Concurso de Redacción de Artículos de Economía 2023, llevado a cabo mediante una alianza entre el Club de Finanzas UCV y Ceteris Paribus. 

Elaborado por: Marcelo Guerra

Imagen: El Nacional, año 2023


Las décadas de los 80 y 90 marcaron el declive del modelo de desarrollo diseñado y aplicado durante la expansión de la economía petrolera en Venezuela, caracterizado por un control estatal amplio sobre la actividad económica, en el contexto de la Industrialización por Sustitución de Importaciones promovida desde la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina, y la consolidación de los Estados de Bienestar impulsados por los gobiernos del hemisferio occidental luego de la Segunda Guerra Mundial.

Venezuela contaba con un sistema financiero poco desarrollado, cuya robustez y expansión obedecía a los considerables flujos de recursos generados por la actividad petrolera, elemento dinamizador de la economía nacional desde las primeras décadas del siglo XX. Según Vera y González (1999), hasta finales de la década de los años 1980, el país fue un ejemplo de represión financiera (p. 14), siendo sus rasgos los límites a las tasas de interés, los tratamientos preferenciales para sectores calificados como prioritarios, y las limitaciones a las instituciones extranjeras. En la década de los 70 se produjo una bancarización masiva, debido a la expansión fiscal, que influyó sobre el sector financiero de tres formas: Incremento de los depósitos en la banca comercial; incremento de las operaciones activas, mediante fondos para el desarrollo de inversiones en ciertos sectores, y crecimiento sostenido de sus instituciones (Vera y González; 1999, p. 18). Cabe recordar que, entre 1974 y 1979 se produjeron diversos hechos de importancia: La nacionalización de la industria petrolera y siderúrgica, y el alza de los precios del petróleo debido a los conflictos geopolíticos en el Medio Oriente, como la guerra del Yom Kippur. Este escenario favorecía a las finanzas públicas venezolanas, con un aumento vertiginoso de los ingresos petroleros, controlados por el Estado enteramente gracias a la nacionalización, lo que permitió la consolidación del Estado de Bienestar, a través de inversiones en salud, educación e infraestructura.

La situación empieza a cambiar a inicios de la década de los 80, debido a un estancamiento del mercado petrolero, que se reflejó en una disminución de los ingresos fiscales de un Estado en plena expansión y crecimiento. Una consecuencia directa de esta crisis fue la aceleración de las salidas de capitales, llevando a la devaluación del Bolívar en el año 1983. El sector bancario muestra signos de debilidad; en esta década fueron intervenidas instituciones como el Banco de Desarrollo Agropecuario, el Banco de los Trabajadores, el Banco de Fomento Regional del Zulia, el Banco Comercial de Venezuela y el Banco Comercial de Maracaibo, que exhibían una complicada situación financiera originada por la concesión de créditos sin garantía a empresas y grupos relacionados, y el manejo de carteras con criterios políticos (González y Vera; 1999, p. 20).

Luego de estas intervenciones se genera una reconfiguración del sector bancario, que se concentró en el aumento de la participación de mercado y la mitigación de riesgos, permitiendo la constitución de grupos financieros, a partir de la incorporación de aseguradoras, bancos hipotecarios y sociedades financieras a un banco comercial, que podía considerarse como matriz. La legislación no regulaba las operaciones de intermediación a través de consorcios. La crisis no concluye en 1983; durante el gobierno de Jaime Lusinchi se diseñó un plan de recuperación enfocado en el crecimiento del gasto público, en un momento de fragilidad en las finanzas públicas generada por los costos de la deuda externa y la disminución de los ingresos petroleros (González y Vera; 1999, pp. 21-22).

Llega 1989, el año del Gran Viraje, programa propuesto por el presidente Carlos Andrés Pérez, concentrado en reformas de carácter estructural, cuyo propósito era el equilibrio de las cuentas externas, el control de la inflación y la construcción de una estructura de precios que generara una mejor asignación de los recursos. Las reformas buscaban una política fiscal restrictiva y la liberalización financiera, concentrándose en las tasas de interés; la menor intervención del Estado, mediante privatizaciones; la flexibilización de la participación de bancos extranjeros, y la eliminación de las carteras preferenciales.

La liberalización produjo una competencia entre las instituciones para atraer depósitos, que fue liderada por el Banco Latino, que pasó del sexto al segundo lugar en captación en apenas nueve años, con una presencia de mercado considerable. Este banco lastraba con serios problemas de liquidez, que buscó remediar mediante una captación masiva de fondos, aumentando sus tasas de interés, aprovechando, de cierta forma, la liberalización producida por las reformas. Sin embargo, esta estrategia no ayudó a solucionar la crisis, que se debía a una alta concentración de préstamos a empresas relacionadas, al financiamiento de proyectos ilíquidos y a inversiones que no generaban óptimos resultados (Palma; 1999, p. 100).

La crisis inicia con la salida del banco de la Cámara de Compensación, como consecuencia de las corridas que ya venía sufriendo desde 1993, luego, esta situación se replicó en otras instituciones con problemas de liquidez, requiriendo de un rescate de 840 millardos de bolívares, equivalentes al 10% del PIB de aquel año, incrementando en un 200% la base monetaria (Palma; 1999, p.104). Esto produjo una mayor salida de capitales, debido a la aceleración de la inflación y la inestabilidad del tipo de cambio, lo que llevó a la instauración de un control de cambios.

El panorama económico venezolano de los años 90 estuvo marcado por la crisis, a pesar de una leve recuperación registrada entre los años 1996 y 1998, por el aumento de los precios del petróleo y la implementación de un nuevo programa económico, la Agenda Venezuela, cuyo contenido era similar al del Gran Viraje, pero que contemplaba medidas sociales compensatorias. Además, la quiebra del Banco Latino y otras instituciones dio lugar a una reestructuración general del sistema financiero nacional. 



Referencias Bibliográficas

Carstens, A.; Hardy, D.; Pazarbasioglu, C. (2004). Banking Crises in Latin America and the Political Economy of Finnacial Sector Policy. Estados Unidos: Fondo Monetario Internacional.

Gavin, M.; Hausmann, R. (1988). The Roots of Banking Crises: The Macroeconomic Context. Estados Unidos: Banco Interamericano de Desarrollo.

Palma, P. (1999). La Economía Venezolana en el Quinquenio 1994-1998: de una Crisis a Otra. Nueva Economía, 8(12), pp. 97-158.

Vera, L.; González, R. (1999). Quiebras bancarias y crisis financieras en Venezuela: una perspectiva macroeconómica. Venezuela: Banco Central de Venezuela.



Sobre el autor:

Marcelo Francisco Guerra Rivas

Estudiante del 10mo semestre de Contaduría Pública en el Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente

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